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El Guefilte Fish al horno

de Pasqualino

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No soy judío, ni musulmán, no soy agnóstico ni ateo, ni de otras ramas cristianas, apenas un católico al agua de rosas. Así que me tomo toda la libertad de modificar a mi gusto y manera la receta que se supone tradicional u original de los que la empezaron a creerla como propia.

Se me dio esta trasgresión probando, y más mirando una versión que se vende en un negocio muy cerca de mi casa: de muy buenos ingredientes y sabor, pero sin alma, ni color, sin impacto.

 

Ingredientes:

1 kilo de carne de pescados, en este caso en partes iguales de pez ángel, pescadilla, anchoa de banco.

2 cebollas medianas, medio morrón, aceite oliva.

2 huevos. Media zanahoria grande rallada, el resto en rodajas finas, un puñado de arvejas frescas o frescas congeladas. Media docena de galletitas tipo crackers sin sal, bien molidas. Una cucharada de perejil, 10 aceitunas negras descarozadas. Sal y pimienta.

Preparación:

Cortar en trozos la carne de los pescados. Rehogar las dos cebollas picadas con el morrón en trocitos. Poner todo en un vaso de procesadora con los huevos, el rehogado de cebolla y morrón. Reducir a trozos no completamente deshechos, visibles. Pasar todo a un recipiente y agregar la media zanahoria rallada, los crackers molidos, las arvejas crudas, el perejil picado, las aceitunas negras en trocitos. Mezclar y pasar a una budinera adecuada al volumen de la preparación. Hornear a temperatura moderada más o menos una hora, y sacar doradito.

Armado:

Dejar enfriar unas cuantas horas, desmoldar sobre fuente grande para complementar con los ingredientes decorativos que más les gustan. 

 

Consideraciones:

Pez ángel, llamado ‘pollo de mar’ por los pescaderos. La mezcla de pescados varía según la disponibilidad del mercado y época del año. Evitar merluza o brótola por largar mucho líquido. Sugiero: pescadilla, corvina, mero, salmón blanco, anchoa, palometa, besugo. A todos estos pescados ‘pobres’ se le puede agregar algo más destacado, para sentirse ‘rico’, como carne de chernia real, carne de lenguado en serio, carne de trucha y de salmón. Cuando digo ‘real’ y en ‘serio’ significa que la chernia puede ser un ordinario salmón blanco, el lenguado un vistoso ‘panga o pangasius’ cultivado en las aguas dulces de los ríos del sureste asiático. Así como el ‘robalo’, el ‘abadejo’, cualquier lomo de una buena merluza cortado según convenga para alucinar al comprador. No tengo nada en contra de la merluza, pero no me engañen…, o sí, la gente necesita este pequeño ingenio del pescadero, para elevar su posición culinaria o de buen gourmand…

Los pescados de los ríos argentinos se prestan también para conformar una buena mezcla en un pan de pescado. Pueden hacer parte con los de mar.

Y si disponemos de más dinerillo, al preparado listo para cocinar, podemos agregarle trozos de langostinos o camarones pelados. Estos, enteritos y condimentados, también como decoración final juntos a otros crustáceos o moluscos que solo su imaginación podrá complementar y completar.

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